Los muchos libros

06 noviembre 2009 11:11

Me lo han enviado por email (gracias Vctor), sin autoría, y con no muy buena calidad, pero esta imagen me ha impactado.

Me da igual que la acción transcurra en una librería o en una biblioteca, o incluso en la propia biblioteca de uno. ¿No se ve aquí tanto la solicitación de los editores, como la de los autores, o (si se me apura) hasta de los mismos personajes de las obras? Todos gritando y reclamando a ese ser aislado y un tanto asustado que es el Lector…

Veo aquí también una plasmación muy plástica de la llamada economía de la atención: en momentos de sobreproduccion de todo, sólo hay algo realmente escaso, la atención del destinatario.

Buen fin de semana. 

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7 comentarios

Julieta Lionetti dijo...

¿En qué usaremos los participantes de este blog ese bien escaso que es nuestra atención este fin de semana? Yo he aprovechado dos días sin adsl para comenzar por tercera vez Underworld, de Don DeLillo y, ahora sí, he logrado superar — y con placer– las cien páginas dedicadas al béisbol, impepinables. Porque además de la sobreproducción en el mundo real, está la sobreproducción en la red pública… ¡Dios mío, ahora me doy cuenta que en las 48 horas anteriores a que me dejaran sin conexión he bajado 3 libros de la red! Y he marcado no sé cuántas páginas para volver en otro momento!Por eso me preparo para instalar un add-on interesantísimo que descubrí en Firefox: LeechBlock. Una versión digital de la vieja, y severa gobernanta ginebrina que tal vez me sirva para administrar mejor este bien tan escaso y sustancial.

07 noviembre 2009 23:26
Jaime dijo...

Yo he aprovechado el fin de semana para centrar mi atención en un poema de Claudio Rodríguez, "El baile de Águedas", en "Conjuros". También he visto una película de Roger Corman, "La pequeña tienda de los horrores"… por evadirme. El dibujo es expresivo y diertido, un poco pirandelliano, no? Una foto de Chema Madoz sobre libros y lectura. Un saludo.

08 noviembre 2009 18:41
Jaime dijo...

Ya puestos. Como ejercicio compartido… recomiendo acompañar la lectura del poema de Claudio Rodríguez,El baile de Águedas, junto a dos poema de Phillip Larkin:Motivos de asistencia (Reasons for attendance) del poemario "Un engaño menor"y Annus mirabilis incluido en "Ventanas altas".Claudio Rodríguez y Phillip Larkin son coetáneos, cuando escriben estos poemas. Uno emplea el verso libre y otro la prosa rimada. Uno es católico castellano y otro católico anglicano. Uno es socialdemócrata y otro conservador. Ambos emplean al protagonista de estos poemas como alguien no indiferente, pero tampoco implicado en los hechos, un observador crítico, un espectador maniatado que se implica por medio del testimonio hecho tras pasar el suceso. En uno está el trasfondo antropológico de un baile, una ceremonia centenaria que forma parte del folklore zamorano; el otro elabora un recuerdo autobiográfico como pie para una crítica social o toma un motivo pop (Between the end of the Chatterley ban / And the Beatle's first LP) para ironizar sobre su época.

08 noviembre 2009 21:51
arrumacos dijo...

Gracioso y terrible a la vez que lo que muestra el dibujo suceda en la biblioteca de uno, y eso siento que pasa en la mía.En cuanto a la sobreproducción, lo malo es que no se distribuye bien. Busqué "Perdón, imposible" (sin suerte) en todas las librerías grandes de México. Luego en las de viejo (sin suerte tampoco). Finalmente le pedí a una sobrina que vive en Canadá que me lo comprara en Barnes & Noble, y me lo trajo cuando vino a visitarnos. ¿No es absurdo?Lo bueno es que "El candidato melancólico" lo acabo de conseguir en la reciente Feria del Libro del Zócalo.Te admiro mucho.

09 noviembre 2009 09:59
Julieta Lionetti dijo...

#Arrumacos. Es gracioso que la fugacidad del habla se haya trasladado a lengua escrita –creada para fijarla– gracias a la sobreproducción y a la pobre distribución que caracterizan a la edición de hoy. No sé si los "libros en la nube", que es la propuesta de Google ante esta situación, logrará cambiar esta explosión de la palabra escrita que se torna redundante a pasos agigantados. Me llama la atención, por ejemplo, el uso que se hace de la escritura en los medios sociales, que tanto tiempo nos roban: allí nos servimos de un instrumento hecho para la preservación y la recuperación con la ligereza con la que pedimos a alguien que nos alcance el pan en la mesa. Este asunto, que empieza a obsesionarme tanto como no encontrar los libros que deseo en las librerías, será el tema central de la ponencia que presentaré en las Jornadas de la Lengua que organiza la Biblioteca Nacional, en Buenos Aires, el 30 de noviembre. Prometo colgar en la red pública ese acto de habla, que previamente habré escrito.Lo de encontrar un libro de JAM en Barnes&Noble; y no en Ciudad de México, por otro lado, testimonia la desidia de los comerciantes de nuestra lengua. Tal vez, los memes de nuestro idioma fertilicen mejor en las universidades norteamericanas. No sé.

09 noviembre 2009 12:24
Ana Lorenzo dijo...

Estoy contigo, Arrumacos, en que falla la distribución, al menos si uno trata de comprar físicamente un libro en vez de hacerlo por Internet. Aquí en España, los libros de Luis Pescetti son cosa rara: solo se pueden comprar unos dos títulos, por ejemplo.Por otra parte, también falla la producción: se editará la tira, no hay más que ver los datos, pero se quedan sin reeditar un montón de libros que están descatalogados. Estuve buscando Operación masacre de Rodolfo Walsh; pues hasta que no lo sacó Editorial 451, no hubo modo de hacerme con él (aunque sí pude bajarlo de la red). Y sigo en la lista de espera de En nadar-dos-pájaros de Flann O'Brien, porque la edición de Edhasa es de 1989 y están agotados hasta en librerías de viejo, etc. Quién narices tiene los derechos de este libro y por qué no lo reedita o lo reimprime es algo que no sé.Así que sí, hay demasiado. Pero aun así, no hay modo a veces de hacerse con lo que uno busca.Un beso.

09 noviembre 2009 19:02
APG dijo...

Impactante la imagen. Yo vivo una situación similar, noche a noche, con una fuerza poderosa que me atrae desde una pila de libros en mi mesa de luz, retardando mi sueño.Saludos desde Baires,APG

13 noviembre 2009 19:26