La novela del diccionario

19 marzo 2007 12:12


El hallazgo casual de un exlibris y una etiqueta de biblioteca en el ejemplar digitalizado de un diccionario mexicano del XIX dispara una investigación por la que desfilan editores, bibliófilos, una Wikipedia del XIX, clérigos corruptos, el emperador de México, subastas en Leipzig, la unión entre el telégrafo y el ferrocarril, y el amor de un profesional de éxito por su alma mater.

La “novela del diccionario” (bueno: su esbozo) está aquí al lado en dos partes: Entre las hojas, el fruto y El cable y los rieles. Que ustedes la disfruten.

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Útiles y herramientas

19 marzo 2007 10:10

En la portada del sitio hermano Libros y bitios he incorporado algunas herramientas que creo que pueden resultar de utilidad para los lectores de este blog, y además son un ejemplo de recursos que se pueden incorporar fácilmente (y gratis) a cualquier sitio. Son las siguientes:

Buscador de Libros y bitios. Utiliza la Búsqueda personalizada de Google para lanzar búsquedas en el conjunto de los dieciséis sitios y blogs que más utilizo (incluido éste). Aún tiene algún bug en la página de respuestas, pero funciona razonablemente bien.

Selección de Libros y bitios. Usa la Google AJAX Search API para localizar noticias, utilizando palabras clave relacionadas con los contenidos de este sitio. Es un servicio beta (‘en pruebas’), y todavía estoy probando con qué palabras clave funciona mejor, o sea que resulta doblemente beta.

Barra de libros. Ya hablamos de ella.

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Números y letras

18 marzo 2007 21:21


Una facecia recibida por email (gracias, Julieta) nos ilustra sobre algunos aspectos curiosos de la psicología de la lectura.

La mezcla de los dos códigos tipográficos, el de letras y el de números, conduce a un mensaje ininteligible, hasta que decidimos reinterpretar el segundo como si se tratara del primero. Una vez logrado, la lectura se desarrolla sin problemas (cursiladas del mensaje aparte). Por cierto, ¿quién puede descubrir la 3RRA7A del texto?

Sobre los números que quieren ser letras ya hemos recopilado algunos casos…

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Cómo escribir un bestseller

18 marzo 2007 11:11


Desde hace algún tiempo, Martín en El ojo Fisgón se dedica a estudiar las fórmulas de escritura que conducirán a un bestseller (o eso piensan los autores, o sus editores…).

El plan está claro: primero escogemos un subgénero, por ejemplo, el “thriller religioso-místico”, e indagamos en El ojo Fisgón su estructura. Para las peripecias humanas de fondo recurrimos a una de las treinta y seis variaciones de las situaciones dramáticas de Georges Polti.

Importante: una cubierta llamativa en la que se vean, por ejemplo, gotas de sangre salpicando un lienzo, y un título que parezca que ya lo hemos leído veinte veces, como El enigma Vermeer. Y voilà….

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La vergüenza de las digitalizaciones de la Nacional

16 marzo 2007 8:08

Sicalíptico (Barcelona) 1904

La Biblioteca Nacional de España (en cuya web campea el lema “Custodiamos Todos los Libros”, con feo anglicismo ortotipográfico en las mayúsculas) acaba de inaugurar la Hemeroteca Digital. Ésta “supone el inicio del proyecto ‘Biblioteca Digital Hispánica'” (no lo dice, pero se trata del eslabón español de la Biblioteca Digital Europea que propuso Jeanneney). Lo cuenta El País:

La Hemeroteca Digital nace como contenedor de los títulos más representativos de ese periodo. El Conciso, una de las cabeceras fundamentales para estudiar la época de las Cortes de Cádiz; El Pensamiento de la Nación, como ejemplo de prensa reflexiva y moderada de calidad literaria; la publicación satírica El Jorobado; la revista El Artista, en cuyas páginas publicó Espronceda por primera vez La canción del pirata… En total, 143 títulos y 500.000 páginas digitalizadas, que pueden consultarse a través de una aplicación que permite búsquedas por título, lugar y fecha. Las publicaciones están además en PDF con OCR. Eso significa que el usuario cuenta también con una herramienta para rastrear los temas que desee dentro de cualquier texto.

No se trata ni mucho menos de los primeros fondos digitalizados por la biblioteca. Ya existía, por ejemplo, el portal Clásicos de la Biblioteca Nacional (en colaboración con la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes), Tampoco son los primeros fondos hemerográficos digitalizados: ahí está la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica “un proceso de digitalización cooperativa del Ministerio de Cultura y las Bibliotecas Públicas del Estado”, cuyos últimos datos hablaban de 2.100.000 páginas digitalizadas. Sobre la Hemeroteca dice El País:

Sólo se han atrevido a incluir aquellos editados hace más de 80 años, los que con seguridad están libres de derechos para difundirse sin problemas en la Red.

¿Libres de derechos?

El pie de cada página lleva el copyright de la Biblioteca Nacional. ¿Qué significa eso? ¿Acaso la obra, por el hecho de digitalizarse, ya no está en el dominio público? ¿La digitalización está sirviendo en la práctica para privatizar un contenido que era libre de derechos? En vez de alentar a la difusión o incluso al negocio (como propugnaban los ministros de Cultura europeos) a partir de los fondos propiedad de todos, ¿se aprovecha la digitalización para encerrarlos entre cuatro candados?

Nada dice sobre la reproducción de estas digitalizaciones la normativa de la propia biblioteca, que atiende sólo a las hechas por encargo, y para las que hay que rellenar un impreso de solicitud de reproducción de fondos (donde hay que indicar si se quiere para fines de investigación o publicación). No me parece pertinente esta intromisión administrativa en ningún caso (ya se trate de repreducciones de encargo o de las que uno se encuentra ya hechas en la web), pero, insisto, no se dice nada sobre qué se supone que se puede hacer con estas digitalizaciones de fondos en el dominio público hechas con dinero público.

He hecho una pregunta específica sobre este tema al email de consultas de la Biblioteca, y mantendré a los lectores informados sobre la respuesta.

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Cthulhu R’lyeh wgah’nagl fhtagn

15 marzo 2007 22:22


Estupenda orgía lovecraftiana en La petit Claudine. Es el 70 aniversario de la muerte del escritor: comentarios, comics y el Commonplace Book (su libro de apuntes literarios)…

Aportaré mi granito de arena. Hace años me tocó dar una conferencia en Providence, Rhode Island, en la Brown University. Para mi sorpresa poca gente parecía conocer allí a Lovecraft. Indagando, indagando, descubrí que el salón de actos donde iba a hablar se erigía sobre lo que fue la casa de Lovecraft (hoy absorbido por el gran campus de la Brown University). Excuso decir la emoción que me embargó al pisar sitio tan señalado, y mi decepción a ver que mi charla académica no era turbada por ningún fenómeno paranormal, y ni siquiera por un leve atisbo de hedor a pescado…

Estos años de explosión blogosférica más de una vez he pensado en Lovecraft. En la biografía por Sprague de Camp que publicó Valdemar se habla mucho de la actividad de Lovecraft en la prensa amateur, la cual según su biógrafo, le procuró tantas satisfacciones como tiempo y energías le quitó para su obra. Mmmm… prensa amateur: ¿no era una auténtica precursora de los blogs? Como tantas otras cosas de la Internet, he aquí una tradición de comunicación escrita no profesional que se reedescubre en la Red: no es que los blogs hayan inventado una cosa nueva: hacen algo que era habitual (en Estados Unidos), por otros medios. He aquí una pequeña biografía del autor que habla de esta actividad de Lovecraft.

Ah, y a Lovecraft se debe uno de los más famosos libros inexistentes (aunque… ¿quién sabe?): el Necronomicon.

Es difícil explicar a personas que no leen ni ciencia-ficción ni obras del género de “terror” por qué valdría la pena leer a Lovecraft. Podríamos apuntar que pocas veces se ha dado un mayor maridaje entre vida y obra literaria, y que su obra rozó algunas zonas inquietantes de la relación del hombre con el mundo. Pero, claro, ésta es sólo la opinión de un fan.

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Manejar las ideas

15 marzo 2007 8:08


Manejar, del italiano maneggiare significa propiamente ‘Usar algo con las manos’. “Manejar las ideas” es propiamente un oxímoron, ¿o no?

El trabajo intelectual, la investigación humanística llevan siglos manejando ideas en distintos soportes: escritas en papeles, volcadas a gráficos… ¿No sería hora de que la tecnología más reciente nos… echara una mano? He aquí un prototipo que nos presenta Jeff Han (demo).

Y, sí, la referencia a algo que sale en la película Minority Report es inevitable. (Gracias, Domenico Fiormonte).

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Los 36 argumentos

14 marzo 2007 9:09

¿Alguna vez le ha parecido que la película, novela u obra de teatro que veía/leía se parecía considerablemente a otra? Muchas veces, ¿no? Y es lógico: a partir de una leyenda medieval sobre dos amantes de trágico destino, Masuccio Salernitano escribe una obra, que reescribe Luigi da Porto, que reelabora Matteo Bandello, y en la que se basan para escribir sendas piezas Lope de Vega (Castelvines y Monteses) y Shakespeare (Romeo y Julieta), y luego sobre ese cañamazo se bordan cosas como West Side Story.

Esto son épocas pasadas (se dirá, con razón): el acervo de temas de antes de la aparición del copyright, reelaboradas libremente, y luego las versiones y homenajes a las grandes obras del pasado. De acuerdo. Pero también puede darse el caso de que un autor, sin decir ni pío, le birle el argumento a un más o menos coetáneo…

O bien… O bien es posible (seguro, vamos) que el conjunto de las situaciones dramáticas (de “argumentos” reducidos a su esqueleto) no sea infinito, que la combinatoria de encuentros, tragedias, felicidades y destinos sea en el fondo muy limitada, y que si analizamos formalmente las situaciones posibles lleguemos sólo a un puñado de variantes. ¿Por ejemplo, treinta y seis?

Vía el interesante blog de El Águila Ediciones llego a un post sobre los ingredientes de las obras dramáticas, y por él me entero de que el clásico The Thirty-Six Dramatic Situations de Georges Polti se ha traducido al español, en las ediciones de La avispa (supongo que el enlace anterior conduce a su catálogo, porque es una web de una notable confusión).

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La Tierra vista desde los libros

13 marzo 2007 18:18

Ya conocemos las aplicaciones de Google Maps unidas a Google Libros: libros con mapas de los sitios aludidos en ellos (hasta hace poco no se podían ver estos mapas accediendo desde España: ahora parece que se ha normalizado).

Sobre esta base Matthew Gray ha hecho un bonito experimento: cartografiar las menciones de lugares en los libros digitalizados por Google, y además hacerlo cronológicamente. A lo largo de un siglo (aquí reproducimos sólo la imagen inicial y la final) se puede ver cómo avanzan las menciones de los lugares en los libros. La intensidad de cada pixel es proporcional al número de veces que se menciona un lugar (un conjunto dado de coordenadas) en todos los libros de Google Books Search.

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Erratas medievales

13 marzo 2007 17:17


Studiolum ofrece un bonito post sobre las erratas en el siglo XIII. Fueron detectadas en un manuscrito parisino del siglo XIII, con las Epístolas de San Pablo comentadas verso a verso por Pedro Lombardo. El manuscrito (como era habitual en los ambientes universitarios) fue copiado por el sistema de pecia: las hojas se repartían entre diferentes copistas, con el objeto de acelerar el trabajo. Luego el miniaturista dibujaba las iniciales, las copias se revisaban y se reunía la obra.

Como demostración de que los “duendes de la imprenta” (en inglés, printer’s devil) existían incluso antes del invento de Gutenberg, este manuscrito medieval presenta erratas: unas corregidas y otras inadvertidas. Se deben a que el autor de las iniciales ilustradas se confunde al introducirlas. A veces sobre la marcha rectifica el error, pero en otras ocasiones el fallo permanece hsata que el stationarius (“el bibliotecario responsable de la distribución de las hojas, y por tanto de la revisión de las copias”) lo advierte y enmienda.

En el caso reproducido arriba, el ilustrador interpretó “…alutatio” como si fuera “Laudatio”, término muy frecuente, e introdujo la L tanto en el texto paulino (izquierda) como en el comentario (derecha). El stationarius detectó el segundo y lo enmendó encima con tinta negra, mientras que el error de la izquierda se mantuvo…

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