Alliance Graphique Internationale en Barcelona

01 octubre 2011 17:17

El próximo lunes-martes, 3-4 de octubre, se celebra en Barcelona la conferencia anual de la Alliance Graphique Internationale, AGI Open 2001.

Alliance Graphique Internationale reúne a los mejores diseñadores gráficos del mundo en un club profesional de intereses y logros comunes. Sus miembros son responsables del diseño de identidad de muchas de las instituciones y corporaciones más importantes, así como de innumerables proyectos mundialmente conocidos de packaging, publicaciones, ilustraciones, carteles, diseño de tipografías y gráfica en movimiento.

El conjunto de diseñadores gráficos (y afines) que se reunirán en Barcelona es de primera línea, y comprende diseñadores de portadas como Paul Sahre, ilustradores como Christoph Niemann, tipógrafos como Mário Feliciano, y un etcétera más inclasificable.

Entre los homenajes se cuenta el dedicado a Saul Bass, el creador de numerosos títulos de crédito para películas, entre otros de Preminger, Kubrick o Hitchcock .

 

La lectura en letra sin rasgo

20 junio 2011 9:09

Un antiguo debate en tipografía es si las letras con rasgo, serifa u ornamento (como la Times del ejemplo superior, abajo) son más legibles que las que no lo tienen (como la Arial del ejemplo superior, arriba). Un reciente artículo de Ciencia cognitiva, “Sobre la relevancia de la tipografía en la lectura de palabras” (gracias a Celia y a Silvia por señalármelo) reseña estudios recientes sobre la cuestión, concluyendo que:

En una tarea de decisión léxica donde se presentan palabras y pseudopalabras (una serie de letras que no forma una palabra en lengua castellana, por ejemplo, “rotico”) a estudiantes universitarios, se presentaron ítems escritos en dos fuentes de la misma familia y que esencialmente son idénticas excepto por la presencia/ausencia de serifas: Lucida (serif) y Lucida Sans (sans serif). Los resultados mostraron tiempos de identificación de palabras ligeramente más breves (10 ms) con la fuente sans serif que con la fuente serif. Es decir, la presencia de serifas no facilita el proceso de identificación visual de palabras. Dicho hallazgo es consistente con la idea de que las serifas no proporcionan información relevante (señal) que ayude al reconocimiento de las palabras. No es sorprendente, pues, que la fuente por defecto en programas de tratamiento de texto como MS-Word en sus últimas versiones haya pasado de ser Times New Roman (una fuente serif) a ser Calibri (una fuente sans serif).

No sé, no sé… Una cosa es el reconocimiento de palabras aisladas (y en ese caso estarían justificadas las fuentes sin serifa, como ya predomina en la práctica para señales de tráfico), y otra cosa es la lectura de páginas y páginas de texto. La experiencia de los buenos lectores (y de los buenos editores) es que las fuentes con serifa facilitan la lectura de textos en general.

La otra cuestión debatida (si son más legibles las palabras escritas todas con mayúsculas o con mayúsculas y minúsculas), se resuelve en un sentido evidente para todos: LOS TEXTOS ESCRITOS COMPLETAMENTE CON MAYÚSCULAS SE LEEN MUCHO PEOR.

Tipógrafo digital

09 mayo 2011 9:09

Hace unos meses reseñé una entrevista a Jaume Balmes en Tinta-e sobre las problemáticas de la creación de un e-book. Veo ahora en el blog del entrevistado esta reflexión sobre Mi profesión:

Cada vez que alguien me pregunta de qué trabajo, se me hace difícil explicarlo para que mi interrogador/a se haga una idea más o menos certera de ello. ¿Yo “hago” libros electrónicos? pues sí, y no. No escribo el libro, pero si no hago lo que hago, el libro no se puede leer en un soporte “digital”. ¿Y un PDF no se puede leer? Pues sí, y no. Un PDF no es más que un archivo para imprimir, leer una página pensada para imprimir en un A4 en una pantalla de 6 pulgadas, como que igual se puede leer, pero no es leer. ¿Qué hago yo? Pues compongo el libro para que pueda ser legible en diferentes dispositivos lectores. ¿Cómo? ¿Componer un libro? Pues si, los libros se componen, siempre se han compuesto, insisto: siempre. Y de esa profesión desde los tiempos de los tiempos (bueno desde Gutemberg), se ha llamado la profesión de tipógrafo o tipógrafa (que hoy en día se confunde con diseñador/a de tipos de letra, pero no lo es). Yo mismo me he propuesto bautizar mi profesión, y la más descriptiva, de mi trabajo y mi manera de trabajar, es la de “Tipógrafo Digital”.

Vale la pena leerla para hacerse una idea de qué trampas (y promesas) encierra el aparentemente sencillo proceso de crear un libro digital. Y también cómo los profesionales que tendrán que hacerlos siguen, cómo no, confinados a la autoformación. Y esta reflexión final de Jaume Balmes:

Sólo añadir que no entra en las responsabilidades de un tipógrafo el trato de los metadatos, sino que es un trabajo del editor, aunque no está de más investigar, puesto que los editores no cumplen generalmente con todas sus responsabilidades (yo haciendo amigos,a claro que sí).

Estampas andalusíes, III: toponimia urbana

05 mayo 2011 9:09

Las calles de nuestras ciudades están dedicados a glorias locales o eminencias universales, pero sus evocaciones no calan muy hondo en los usos de la gente, que se refiere a ellas por sus nombres tradicionales (cuando ahora llevan el apellido de un concejal de hace décadas), o por los hitos que albergan en su trazado (“allí donde el cine”).

Me ha divertido mucho el caso de Córdoba, en el que alguien ha rotulado calles y travesías con nuevos nombres en papel, que mantienen la apariencia de un azulejo y usan la tipografía oficial:

pero que se refieren a realidades más cercanas y familiares:

Feliz Día del Libro

23 abril 2011 9:09

En conmemoración del Día del Libro,
ofrecemos a nuestros lectores la edición en PDF
del conjunto de artículos sobre corrección de pruebas
(y diversas cuestiones tipográficas)
publicados por El Averiguador Universal
en los meses de julio y agosto de 1880.
La edición ha sido posible gracias a la colaboración de nuestros lectores.

NOTA: la edición que ofrezco puede ser mejorada por cualquiera
que lo desee, y se puede distribuir sin más límites
que los que marca su licencia (que debe siempre figurar en cualquier ejemplar).

“El editor como un hombre orquesta”

01 marzo 2011 11:11

Estas empresas [que habían evolucionado desde los orígenes artesanales hasta las estructuras empresariales (y) estaban tan asociadas a la figura de su fundador que adoptaron como marca comercial su apellido] fuertemente personalizadas ocuparon el centro del escenario europeo durante gran parte del siglo XX y crearon el estereotipo del editor como un hombre orquesta que es amigo personal de los autores, lee manuscritos, se rodea de asesores competentes, elige el tipo y los cuerpos de la composición, decide la calidad y el gramaje del papel, opina sobre el diseño y la encuadernación, asume las responsabilidades de la gerencia, conoce a los libreros, participa en las campañas de lanzamiento y sigue al día las ventas de cada libro. Sin duda, esa tradición sigue teniendo hoy día herederos que respetan los mandamientos del oficio entendido a la vieja usanza: la definición del libro a la vez como un bien cultural y como una mercancía, la concepción integral del trabajo editorial, la preocupación por equilibrar dentro del catálogo las exigencias del corto plazo y las apuestas por el largo plazo, la búsqueda no sólo de ganancias económicas, sino también de gratificaciones psicológicas y morales, la negativa a optimizar las ventas a costa del proyecto cultural, etcétera. Sin embargo, ese modelo del editor-empresario ha sido desplazado primero por el empresario-editor y después por la megacorporación que trata a los libros como a cualquier otra mercancía y sólo se ocupa de conseguir la más elevada rentabilidad a corto plazo.

(Javier Pradera, 2001)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

Readability: notas y patrocinio

04 febrero 2011 9:09

Como ya saben nuestros lectores, Readability es un programa que sirve para convertir un texto situado en una página web confusa en  algo legible. Funciona como un add-on en Firefox que instala dos botones en el navegador. Uno sencillamente transforma la página ante nuestros ojos, y el otro además la guarda para consulta posterior en teléfono móvil o en un navegador  (como hace también Instapaper). La función es tan útil que Apple la ha incorporado a su navegador Safari, y Amazon al Kindle (cuenta el New York Times).

Las últimas versiones de Readability añaden otra característica interesante: separan los enlaces como notas al pie (arriba se puede ver una muestra de la conversión de este mismo post). La nota al pie es un dispositivo libresco (de hecho se remonta al manuscrito) y tiene la ventaja de que la pulsión de hacer clic en el enlace no estorba la lectura. La conversión en nota preserva la frase que estaba enlazada, que como sabemos forma parte de la retórica del enlace, es decir, de las intenciones de su creador.

Pues bien: las innovaciones de Readability no acaban ahí: la nueva versión tiene una modalidad de pago mensual de 5 dólares (que coexiste con la gratuita), y que redistribuirá el 70% de lo recaudado entre aquellos blogs o páginas más leídas con su servicio. A falta de un sistema cómodo de hacer micropagos, esta iniciativa de Readability intenta redistribuir los beneficios entre la auténtica fuente de sus ingresos: los autores de páginas que la gente quiere leer. Pero el New York Times señala también que estos servicios de lectura simple, al limpiar la página de molestias entre otras cosas están suprimiendo los anuncios, con lo que privan al periódico de una fuente de ingresos, y no descarta que tengan que llegar a acuerdos futuros para compartir ingresos.

Comparación de fuentes para pantalla

01 febrero 2011 9:09

Typetester, una web que permite, utilizando algunos clásicos pangramas del inglés (o los que prefiera el lector español), ver cómo resultan en pantalla diversas fuentes tipográficas concebidas para el medio (gracias, FR).

Para la comparacion se pueden variar no sólo las fuentes escogidas y el cuerpo, sino también el espaciado entre caracteres, interlineado, y otros parámetros.

El hombre más leído del mundo

14 diciembre 2010 9:09

… según The Economist, no es un escritor, sino un tipógrafo, Matthew Carter. Y tiene razón: Carter es diseñador, entre otros, de los tipos Verdana y Georgia que popularizó Microsoft en sus aplicaciones a finales del pasado siglo (los ejemplos superiores están simplemente creados con Word). Ambas fuentes son nativas digitales, y concebidas para ser plasmadas y leídas como una matriz de pixels, pero tienen también la belleza y la legibilidad de las clásicas.

No en vano Carter procede de una familia de tipógrafos, y se forjó en el diseño manual de los tipos moviles de la imprenta gutenbergiana, aunque fue también pionero en la composición digital. Entre medias creo fuentes como Bell Centenial, diseñada para guías de teléfonos, y cuyo uso suponía un gran ahorro de papel.

Recomiendo la lectura de “The most-read man in the world” para un conciso pero atrayente recorrido por la figura de Carter.

¿Cómo leemos más?

30 noviembre 2010 9:09

Una divertida consideración de Mauro Entrialgo sobre los cuerpos de letra y la lectura.