Con este título Le Monde publicaba en su edición del 29 de julio pasado (accesible en línea sólo para suscriptores) un artículo sobre la directora general de HarperCollins. Empezó su carrera en 1968 como dactilógrafa en Random House. Al poco tiempo, en Knopf le encomendaron la promoción de un libro de cocina, y se le ocurrió hacer una gira con su autora:
Ses chefs furent sceptiques : cela ne s’était jamais fait. Mais quand l’un d’eux prit l’avion pour Minneapolis – première étape du tour – pour vérifier ce qu’il croyait être un désastre, il trouva un bon millier de femmes qui faisaient la queue, dès 7 h 30 du matin, pour voir la cuisinière préparer devant elles… une mayonnaise, la moitié se bousculant ensuite pour acheter le livre. Les médias relayèrent l’événement. Julia Child fut attendue, fêtée, promue de ville en ville. L ‘« author tour » (la tournée d’auteur) était né.
El procedimiento se ha mantenido prácticamente hasta nuestros días, cuando le han salido competidores.
En 1985 Jane Friedman lanzó la primera colección de libros cassettes creados por un editor, que fueron un éxito en el mercado americano (hace pocos días el Times de Nueva York publicaba un divertido reportaje sobre la gente afiliada a clubs de lectores que hace trampas oyendo el libro en casete en vez de leyéndolo). En 1997 recibe una oferta para dirigir HarperCollins, convirtiéndose en la única mujer directora de un gran grupo: el mundo editorial, donde abundan las mujeres en todos los puestos del escalafón, es tan machista como cualquier otro en lo que respecta a la cúspide.
Entre sus primeras innovaciones están varias que nos interesan especialmente: una colección de libros en español para el público hispanohablante norteamericano, y otra de libros en letra grande: “Es una tendencia enorme: todos los baby-boomers los necesitan” (hablábamos de ello anteayer). Además, ha investigado a fondo el tema de la digitalización, Le Monde dice que HarperCollins es el único grupo que ha digitalizado la totalidad de sus 20.000 títulos. Como dice la directora:
Internet es una herramienta de sueño para un editor. Con un sólo clic se alcanza a los lectores que se habría tardado meses en localizar.¿Cómo no ser optimista por la salud de la industria del libro?
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