iPhone: prácticas, cifras y métodos

16 marzo 2010 9:09

Bussines Week publica un artículo sobre una editora de libros para iPhone, Oceanhouse Media, que vende tres de cada diez de los libros más vendidos en el App Store, la tienda on line de Apple.

Cita un estudio según el cual en octubre pasado los usuarios de iPhone se bajaron un libro digital por cada seis juegos; pues bien: en febrero la tasa subió a un libro por cada cuatro juegos. El App Store vende aplicaciones para iPhone, iPod Touch, y pronto para el iPad, que está a punto de ponerse a la venta. La tienda tiene 26.976 e-books, comparado con 25.330 juegos.

¿Qué vende Oceanhouse Media? Entre otras cosas, la versión para iPhone de los libros del Dr. Seuss (arriba), unos deliciosos clásicos infantiles, multimedia avant la lettre, que se vendían como libro más cinta de casette. La adaptación al iPhone es delicada y efectiva.

El reportaje menciona también a MobileRoadie, una empresa que reliza adaptaciones para iPhone a terceros: por ejemplo, ha adaptado obras de Random House. Este tipo de intermediarios editoriales van a jugar un papel importante en el futuro, porque no todo el mundo va a hacer como Lonely Planet, que crea sus propias aplicaciones.

Por último, se considera que esta tendencia es una competencia para dispositivos dedicados como Kindle: mientras que la aplicación que permite leer libros de Amazon/Kindle en el iPhone es una de las más populares, la venta de dispositivos dedicados, que doblaría este año la cifra actual hasta llegar a 5 millones de unidades, se ralentizará notablemente el año que viene por la competencia del iPad.

La Red, III: historia de Internet

15 marzo 2010 9:09

http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=2696386&server=vimeo.com&show_title=1&show_byline=1&show_portrait=0&color=&fullscreen=1
Hace más de diez años publiqué en El País una breve “historia de Internet“, que aún se puede leer, para ver cómo han cambiado las cosas.
El video de arriba es una representación infográfica que explica algunos de los principios bajo los que nació la Red.

La Red, II: neutralidad de Internet

12 marzo 2010 9:09

http://www.adnstream.com/embed/video/JaFrWilVir
El presidente de Telefónica dice que Google y otros buscadores deberán pagar por hacer uso de sus redes. Al ministro de Industria le parece bien… Y si no pagan, ¿qué van a hacer, excluirles? Es cierto que los buscadores usan las redes para indizar el contenido de los sitios web, pero no es menos verdad que gracias a ellos luego hay un tráfico gigantesco que las compañías cobran religiosamente a nosotros, sus usuarios.
En el fondo, lo que está en juego es un principio general que hasta ahora se ha cumplido estrictamente, y que se suele llamar neutralidad de la red. El alma de Internet es que cualquiera de sus nodos trate igual todo el tráfico que pase por ellos. Pues bien: este principio rector está en peligro, tanto con el pretexto de detener el tráfico delictivo como por meros fines de lucro, como acabamos de ver.
Arriba podemos ver una presentación explicativa que proviene de ADN. Abajo, uno de los logos que se han propuesto para poyar la neutralidad.

¿De quién son los libros y programas del iPhone?

11 marzo 2010 9:09

Hace pocos días se difundió la noticia de que Apple estaba quitando apps (aplicaciones, es decir, tanto libros como revistas, comics o juegos) de contenido sexual de su almacén, App Store. El jaleo fue mayúsculo, porque los criterios de exclusión eran borrosos. Muchos interpretaron este movimiento como preparativos para la aparición del nuevo iPad (dispositivo al que van a ir muchos contenidos de tipo editorial).

Ahora aparece una nota en el sitio de la Electronic Frontier Foundation, institución que defiende la libertad de expresión en la Red, acerca del contrato que hace Apple con los editores que le proporcionan obras para venta en el iPhone, iPad Touch y (es de suponer) pronto en el iPad.

Recordemos el contexto: a diferencia de lo que ocurre en todo el mundo de la computación, los programas (y datos) que van a ser utilizados en el iPhone tienen que ser aprobados por Apple (como si Microsoft tuviera que aprobar cada programa que corre en Windows). Esta empresa revisa, entre otras cuestiones, la programación, y por fin da el visto bueno, o no. Esto puede tener un lado bueno: la ausencia de virus en el sistema.

Además, los creadores sólo pueden vender sus productos a través de las tiendas virtuales de Apple, lo que quiere decir que ésta puede ejercer de hecho una censura sobre los contenidos, como se ha visto. Pero, como indica el  artículo de la EFF, Apple podría también suprimir aplicaciones directamente de los aparatos de los usuarios (como ya hizo Amazon con Kindle).

Pero, ¿qué dice el contrato que han firmado con Apple 100.000 productores de contenido (obligatorio si querían vender algo a través de ellos)? Hasta ahora no se sabía, porque Apple exigía el secreto a quienes los firmaban. Por suerte, la EFF ha aprovechado que la NASA (institución oficial) había creado una aplicación, para, apelando a la Freedom of Information Act (FOIA), pedir ver el contrato.

Como se temía, los firmantes de este acuerdo facultan a Apple para quitar en todo momento sus aplicaciones del mercado, y acceden a que la máxima compensación que recibirán por daños son 50$.

¿Por qué han accedido 100.000 editores y cradores de software a este acuerdo? Bueno: los más de 40 millones de usuarios que han comprado el iPhone son un público cautivo propiedad de Apple. Quien quiera acceder a ellos, tiene que pasar por el aro.

La Red, I: el estado de la Internet

10 marzo 2010 9:09

http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=9641036&server=vimeo.com&show_title=1&show_byline=1&show_portrait=1&color=ffffff&fullscreen=1
Vía Flowing Data esta presentación básicamente cuantitativa sobre cómo es la Red actualmente… Brutal.
Una precaución para los lectores: billion se refiere siempre al billón anglosajón, es decir, mil millones españoles, o un millardo.

Con este post inauguramos una pequeña serie informativa sobre la Red.

Lectura lasciva

09 marzo 2010 9:09

Estaba trabajando en un ordenador ajeno, cuando de repente, al pasar el cursor por encima de la palabra “leer”, de la inocente frase “Leer correo”, me aparece esta ayuda de significado:

leer: 1 mirar impúdico; mirar malicioso; sonreír impúdico; mirar lascivamente

La verdad: no sé si semejante aclaración provenía del sitio web, del navegador, o de dónde, pero esta curiosa acepción del verbo me llena de zozobra: ¿será una extrapolación culposa de la acepción 5 de leer en el RAE: “Descubrir por indicios los sentimientos o pensamientos de alguien”?

Indagando, veo que un curioso diccionario de origen ignoto insiste en esta interpretación.

Creo que empiezo a descubrir las raíces de la animadversión de los moralistas de antaño hacia la lectura…

El libro de piedra

08 marzo 2010 9:09

Alguna vez nuestros paseos nos han llevado a recorrer las melancólicas avenidas de los cementerios, explorando las huellas de quienes nos precedieron.

Pues bien: me faltaba en mis recorridos el barcelonés cementerio de Poble Nou, que siempre había dejado para una ocasión mejor, hasta que el Sr. Galderich me habló de su interés y belleza, animándome a ir.

A las ganas de verlo contribuyó también, sin duda, la reseña que el mencionado señor hizo de la obra Colección de epitafios del Cementerio General de Barcelona, imprenta de Antoni Brusi, Junta administrativa del Cementerio general de Barcelona, 1842.

Baste como muestra el epitafio del mismo Antoni Brusi, introductor de la tipografía litografía en España:

Por nuestra parte, tengo que decir que no he encontrado ningún ejemplo poético tan interesante, pero aportaré mi granito de arena mostrando un caso que me sumió en un estupor del que aún no he acabado de salir…

El descodificador, premio Blasillo al ingenio en la Web

06 marzo 2010 11:11

Hablamos del blog El descodificador hace más de dos años. Es una muestra excelente de la estrategia de un escritor independiente en Internet: va saltando de medio en medio (el penúltimo, El Mundo, el último, Soitu, tristemente cerrado), y en los entractos se repliega a su sitio propio. 

Lo traigo aquí a colación porque acaba de recibir el Premio Blasillo al ingenio en Internet (que con http://jamillan.com recibimos en el 2005, por cierto).

Javier Pérez de Albéniz crea una comunicación ingeniosa y sin pelos en la lengua tomando como pretexto o trampolín la actualidad televisiva, y llegando hasta donde le da la gana. Además, sus sugerencias de lecturas y músicas (bajo el nombre común de “Un motivo para NO ver la televisión”) son siempre sugerentes.

Enhorabuena, pues a El descodificador.

Los decepcionantes libros aumentados de Vook

05 marzo 2010 9:09

El problema de los libros en soporte electrónico es que compiten no solamente entre sí, sino con el vasto mundo de los productos multimedia. La cosa es más llamativa cuando consideramos que en ciertos entornos (como el iPhone o el iPod Touch) los libros se deben adquirir en una tienda, iTunes, que está orientada sobre todo a música y videos.

Una solución en la que ha pensado más de uno es enriquecer los textos con materiales multimedia. La última aventura en este sentido es Vook, al que parece que no le va nada mal de inversores. Pero ¿qué es lo que ofrece exactamente? Por el momento, textos en el dominio público, dotados en ciertas zonas de enlaces a Wikipedia y a Google Books, y con la adición de videos.

Véase como ejemplo el título altisonantemente llamado The Sherlock Holmes Experience. Por 2’39 euros se consiguen dos historias del famoso detective más un puñadito de videos. Estos presentan, por ejemplo, a especialistas contando cosas, como en un programa de televisión (no muy bueno).

También hay otros videos de un caballero, vestido se supone que a la usanza de la época de Sherlock, paseando por escenarios holmianos. ¡Dios mío!, cualquier frase del relato de Conan Doyle nos sumerge en ese ambiente de una manera muchísimo más poderosa… 

No sé muy bien cuál es el futuro de los libros en soporte electrónico, pero me voy haciendo una  idea clara de por dónde no va a ir.

En Nadar-dos-pájaros, de Flann O’Brien

04 marzo 2010 9:09

Confieso mi debilidad por Flann O’Brien, de cuya novela El tercer policía ya hablé en otro momento. Por suerte, una mención de esta obra en la serie Perdidos (Lost) la dio a conocer a un montón de lectores.

Pues bien: Nórdica, su editora en español, ha reeditado otra de sus novelas: En Nadar-dos-pájaros, en traducción de José Manuel Álvarez Florez. Si el título de la obra ya es extraño (Nadar-dos-pájaros es la traducción del nombre de un pueblo, que por cierto no pinta nada en la trama), prueben a leer la novela, que tiene tres comienzos distintos y amenaza con cien desenlaces…

O’Brien, irlandés como Joyce y Beckett, con quienes tiene indudables deudas, sin embargo posee algo a su favor: un gran sentido del humor. Sí: Joyce es muy divertido a veces, y Beckett en ocasiones despierta una carcajada, malgré soi, pero O’Brien rezuma por todos los poros de su escritura un regocijo y un sentido de la parodia descomunales. De todas formas, para recién llegados al autor, es mejor empezar por el mencionado El tercer policía o por la tronchante La boca pobre, también en Nórdica.

Sobre En Nadar-dos-pájaros escribió premonitoriamente Guillermo Cabrera Infante su artículo “Flann O’Brien, un solo escritor y muchos nombres” en el número 3, “La casa de la ficción”, 1977, de Espiral/Revista, esa aventura que lanzó Editorial Fundamentos y que dirigió Julián Ríos. Decía así:

Esta novela, que no fue terminada hasta 1938 y de la que luego se excusaría su autor, extrañamente, por haberla cometido, fue publicada en 1939 en Londres y aunque durante una semana se vendió más en Dublín que Lo que el viento se llevó, no vino a ser realmente apreciada hasta su reimpresión, también en Londres, veintiún años más tarde. Se trata de uno de los libros verdaderamente mitológicos del siglo, no sólo por su materia elusiva, sino por los primeros padrinos que consiguió su original, aceptado por Longmans de Londres y leído por el lector de la editorial, que se llamaba Graham Greene y opinó asi de su lectura.: “At Swim-Two-Birds ha permanecido en mi mente, desde su primera aparición, como uno de los mejores libros del siglo”.

La historia de la edición española es no menos pintoresca, como recuerda Eamon Butterfield en el prólogo a la última edición: Edhasa publicó la misma traducción que ahora resurge en 1989, pero nadie pareció darse cuenta… (de hecho, Ana Lorenzo se quejaba hace poco en un comentario a un post de que la anterior edición de Edhasa era inencontrable). Esa es una de las tragedias de la edición: tan malo es llegar tarde como demasiado pronto.

La fama de O’Brien en estos días, sin embargo, no deja de crecer. Ya hay hasta pubs con su nombre

Y ahora, una cucharada de la obra, para paladearla:

Naturaleza de la explicación ofrecida: se expuso que si bien la novela y el teatro son ambos gratos ejercicios, la novela es inferior al teatro por razón de que carece de los accidentes exteriores de ilusión, induciendo a menudo al lector a dejarse engañar de un modo vil y a experimentar una preocupación real por la suerte de personajes ilusorios. La obra de teatro la consumen de un modo saludable grandes masas en lugares de esparcimiento público. La novela se autoadministra en privado. La novela, en manos de un escritor de pocos escrúpulos, podía ser despótica. Se explicó, respondiendo a una pregunta, que una novela satisfactoria habría de ser una impostura evidente en sí, respecto a la cual pudiese regular a su gusto el lector su grado de credulidad. Era antidemocrático forzar a los personajes a ser uniformemente buenos o malos o pobres o ricos. Debería otorgárseles a todos una vida privada, autodeterminación y un nivel de ingresos decente. Esto fomentaría el pundonor, la satisfacción y un mejor servicio. Sería incorrecto decir que llevaría al caos. Los personajes deberían poder intercambiarse de libro a libro. Todo el caudal de la literatura existente debería considerarse un limbo del que escritores perspicaces pudiesen sacar sus personajes de acuerdo con sus necesidades, creando sólo cuando no lograsen hallar un títere adecuado ya existente. La novela moderna debería ser predominantemente obra de referencia. La mayoría de autores malgastan su tiempo diciendo lo que ya se ha dicho… normalmente mucho mejor, además. Si se facilitasen referencias abundantes de las obras que existen el lector podría conocer inmediatamente el carácter de cada personaje, se evitarían explicaciones fatigosas y se impediría eficazmente que charlatanes, escaladores y gente de educación inferior pudiesen entender la literatura contemporánea. Conclusión de la explicación.

Bueno: ¿no es toda una declaración de intenciones hacia la novela futura?: “La novela moderna debería ser predominantemente obra de referencia”, “Los personajes deberían poder intercambiarse de libro a libro”. Esto me huele mucho a narrativa hipertextual…