Malas y buenas noticias

03 noviembre 2010 8:08

En la edición de El País de hoy se publica un artículo que he escrito sobre el tema de las descargas  de libros no autorizadas (que los interesados insisten en llamar “piratería”): Malas y buenas noticias.

Lamentablemente, las presiones del espacio han hecho suprimir una frase, que contenía las “buenas noticias”. Reproduzco aquí el último párrafo, cuya primera parte es la que desapareció:

La situación actual, plagada de descargas no autorizadas, tiene un aspecto positivo: ¡existe la demanda!, ¡hay gente a la que le encanta leer!, ¡en pantalla se puede leer tanto o más que en papel! ¿No será que fallan las alternativas de negocio? Cada vez que hay nuevos cálculos del acceso a obras sin autorización se habla de la “merma de negocio”, y no es así (como ya se ha visto repetidamente en el caso de la música): no toda obra descargada ilegalmente habría sido comprada, y menos a esos precios…

Los números de los “libros digitales”: conclusión provisional

02 noviembre 2010 11:11

En un post anterior, Los libros digitales en números, planteé la cuestión de cuántos libros digitales habría disponibles, y hasta hace muy poco he estado recibiendo, en comentarios al blog y por correo, precisiones y sugerencias. Muchas gracias a todos; lo he dicho varias veces, pero lo repito: estas páginas tienen unos lectores que son un privilegio. Muchas veces estarán agazapados, sin dar muestras de existencia, pero cuando hace falta y tienen algo que decir, ¡vaya si lo dicen! En el post inicial y en sus comentarios queda constancia de quiénes me ayudaron (algunos han preferido quedar en la oscuridad).

Para mayor claridad, voy a empezar exponiendo algunos principios metodológicos que han ido surgiendo al hacer esta recopilación:

¿Qué es un libro digital?

En obras libres de derechos: cualquier obra que en su día constituyó un libro (o a veces parte de un libro, o un folleto), y que se ha digitalizado.

En obras con derechos vigentes, podríamos decir que “libro digital” sería cualquier obra a la venta en formato electrónico, que tiene asignado un número de ISBN. A ello se podría añadir que tuviera metadatos correctos, y estuviera compuesto por texto digital (que no fuera un simple escaneado). Pero esto no siempre es así: Bubok, que declara 30.000 libros digitales, ha tramitado sólo 1.120 ISBNs. Tampoco depende del formato o la extensión: hay a la venta obras digitales que son PDFs de una docena de páginas y se siguen llamando “libros”.

Puestas así las cosas, hay que concluir que por el momento  “libro digital” es cualquier cosa en formato electrónico que su editor o difundidor llame “libro”.

Libros, ¿o qué?

En bibliotecas y archivos hay muchos otros materiales, aparte de libros, que se han digitalizado: revistas, legajos, documentos, mapas, grabados… Hispana, por ejemplo, tiene más de 2,6 millones de documentos, pero no he conseguido saber cuántos de estos son libros, y por tanto no lo incluyo en esta recopilación. Como la Biblioteca Digital Hispánica distingue los “carteles, dibujos, grabados…”, sí que se pueden calcular los libros del total.

Las cifras y las categorías las asignan muchas veces los propios interesados

Google afirma que tiene digitalizados 13 millones de libros en el dominio público. Pero todo lo dice Google: tanto que son “libros”, como la cantidad que hay. Puede que hayan llamado “libros” a cualquier otra cosa, por ejemplo, tomos de revistas, pero no lo sabemos. Hathi Trust, por ejemplo, habla de “volúmenes”.

Hay solapamientos

No podemos sumar todas las cifras que aportamos para obtener un total, porque muchos conjuntos incluyen a otros. En el resumen hemos señalado los solapamientos más importantes detectados.

Lenguas

Nos ha interesado ver el estado de la edición digital en español y otras lenguas cooficiales en España, pero hemos incluido también otros conjuntos que pueden servir para dimensionar el sector. Con frecuencia es difícil desagregar los datos: ¿cuántos libros en español ha digitalizado Google?; las buenas librerías españolas ofrecen también libros electrónicos en otras lenguas, etc.

Hay distintos canales

Hay libros sólo disponibles para bibliotecas. Otros son obras en autopublicación, disponibles sobre todo en la web del editor.

¿Qué hay de nuevo?

Respecto a los datos recopilados en el post inicial hasta el 22 de octubre, he incorporado los libros en “edición electrónica” editados en España desde el 2005, según el ISBN.

Los datos:

Obras libres de derechos

Libros digitalizados en Google: 13.000.000

Internet Archive [muchos provienen de Google]: 2.500.000

Volúmenes digitalizados en Hathi Trust [muchos provienen de Google]: 1.583.000

Libros digitalizados en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (español en su mayoría): 60.000 [fuente: Biblioteca Virtual]

Libros digitalizados en el Proyecto Gutenberg: 33.000

Libros disponibles para Kindle: 30.000 [según TUAW]

Libros digitalizados en la Biblioteca Digital Hispánica, de la Biblioteca Nacional (español en su mayoría): 14.000

Libros digitalizados en El Aleph (español): 3.600

Obras con copyright vigente

Libros digitalizados en Google por acuerdo con editores: 2.000.000

Libros disponibles para Kindle: 670.000 [según TUAW]

Libros disponibles en Lulu (distintas lenguas, no autopublicación): 200.000

Libros disponibles en la librería Laie (distintas lenguas, muchos en español): 124.000 [fuente: Laie]

Libros disponibles en E-libro.com (para bibliotecas, en español): 38.000 [fuente: E-libro]

Libros en “edición electrónica” editados en España entre enero del 2005 y septiembre del 2010: 50.000 [fuente: ISBN]

Libros disponibles en iBook (para iPhone o iPad): 30.000 [fuente: TUAW]

Libros disponibles en BuBok (autopublicación, sobre todo en español): 30.000 [fuente: BuBok]

Libros disponibles en Publidisa (sobre todo en español): 25.000 [fuente: Publidisa]

Libros en español en P2P: 25.000 [estimación]

Libros disponibles en Grammata: 23.000 [comprende también libros sin derechos, varios cientos provenientes de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes]

Libros en “edición electrónica” editados en España en los primeros 9 meses del 2010: 12.839 [fuente: ISBN]

Libros que alcanzará Libranda este año: 4.000-5.000

Libros digitalizados en la Biblioteca Digital Hispánica, de la Biblioteca Nacional de España, a través de Enclave: 3.300 [fuente: Boletín del Observatorio del Libro y de la Lectura, nº 2, Octubre 2010]

Libros en español disponibles en Lulu (autopublicación): 2.885 [haciendo la búsqueda desde España, en la categoría ebooks]>

Libros disponibles en Edi.cat: 2.400 [1.700 de Libranda, y el resto entre Edi.cat y EdiBooks; fuente: Edi.cat]

Libros disponibles en E-libro.net [en español]: 2.000 [fuente: E-libro]

Orsai: un acontecimiento

01 noviembre 2010 9:09

Hoy (si todo va bien) aparece la revista Orsai.

Su creador, Hernán Casciari es un estupendo novelista y crítico de televisión, escritor de blogs, y autor que ha liberado sus obras publicadas con licencias abiertas. Colaborador habitual en prensa, de golpe se cansó, lo dejó todo, y se ha lanzado a crear una revista, sí, de papel y sí, de venta en librerías, y sí, para leer, para contemplar sus ilustraciones, para disfrutar. ¿Se han dado ustedes cuenta de que ya prácticamente no hay revistas, quiero decir: revistas como las que hace años leíamos? Casciari sí, y por eso dejó otras cosas y se puso a hacer la revista que le habría apetecido leer.

El resto ha sido una vorágine, sobre todo por el hecho de que los lectores han querido, han deseado esta revista nonata, y se han organizado para conseguirla. En todo el mundo de habla española, y en otros lugares. Se han puesto en comunicación con sus libreros, han debatido el precio que debería tener en cada país, se han organizado en grupos de 10 para comprar un lote.

Vale la pena leer este post en el blog de Orsai: “A caballo“; pero entresaco una cita:

Nace el todo para todos, sin nadie que se lleva el 15% sin hacer nada. Muere el intermediario perezoso, el traficante de influencias, el editor que no edita, el productor que no produce, el lector que no lee, el narrador que no narra.

Lo mismo tendrá que ocurrir con los libreros: que la pedagogía y la emergencia de un negocio más justo provenga de la masa ilustrada. Es decir, de quienes configuran y precipitan la utilidad del negocio.

No hay que decirle al librero “ey, don Cosme, ayúdenos”, como algunos todavía creen en los comentarios. Hay que decirle al librero “te venimos a ayudar, porque si no es así, en dos años vos no tenés negocio y nosotros no tenemos ocio”.

Y si no ocurre, si el librero no concibe el PayPal como transacción efectiva, si el librero cree que podrá seguir trabajando a consignación toda la vida con 40% de ganancia sobre precio de tapa, no importa.

Ustedes también solucionaron esa mínima intermediación necesaria, al conformar de un modo orgánico —y espontáneo— grupos de diez lectores en cualquier parte del mundo.

Y esta otra, que creo que es  muy valiosa:

Es posible que en los últimos diez años hayamos perdido un poco de esa dicha, todos sentados a solas delante de un monitor. La nueva parafernalia, las primeras lucecitas de internet nos enloquecieron bastante. Dejamos de oler tinta con pasión, dejamos de escribir textos largos, los medios se convirtieron en empresas tristes, accionarias, reaccionarias. Perdimos el estatus de lectores y nos convertimos en la moneda de cambio entre el multimedio y el auspiciante. Entre el hambre y las ganas de comer.

Pero al mismo tiempo es verdad: el mundo digital es mejor que el analógico. ¡Pero solamente en sus formatos y en su velocidad, por el amor de Dios! No en contenidos, no en serenidad.

Lo que vino con el año 2000 fue, sin duda, mejor que un olor nostálgico a imprenta de pueblo. Lo que vino galopando a principios de este siglo, esto que ahora tenemos y que empezamos a domar, es el animal más maravilloso de los tiempos.

Internet es un caballo brioso, y nosotros siempre anduvimos a pata y llegando tarde a todos lados. ¿Cómo no íbamos a subirnos al caballo?

Durante diez años enteros el animal nos llevó por donde quiso, eso también es verdad. Nos alejó de la lectura maravillosa de los domingos con papel y café con leche. Nos alejó de la lectura larga y de la emoción de estar en casa con amigos sin buscar ninguna palabra en Google durante una sobremesa entera. Teniendo cosas en la punta de la lengua, sin ansiedad. Leyendo en voz alta.

Error sospechar que eso es malo. A eso hay que domarlo, nada más. Twitter no mata a la literatura. Twitter nos dice cuál es la literatura y dónde encontrarla.

Bienvenida, Orsai.