El artista chino
Xu Bing creó su obra
Tianshu, literalmente, "El Libro del Cielo", a lo largo de un trabajo de varios años (1997-81), en los que grabó bloques de madera con caracteres, para luego formar páginas con ellos e imprimirlas en papel de arroz, y acabar constituyendo una serie de volumenes al más clásico estilo chino (concretamente, de finales del periodo Ming). El problema es que los ideogramas que contienen los libros no existen: combinan elementos presentes en caracteres chinos reales, pero carecen de significado. El Libro del Cielo está mudo...
La sensación que debe de proporcionar a los lectores chinos será con seguridad sorprendente, porque estarán en un clima de familiaridad gráfica, al borde del sentido, pero sin penetrarlo jamás. Además, estos libros creados por Xu Bing presentan una
disposición familiar: "sus partes y elementos son reconocibles, como por ejemplo: prefacio, índice, texto principal, comentarios, citas, y demás. Estas partes están relacionadas, y presentan coherencia interna (los 'títulos' en el índice concuerdan con los que parecen en el cuerpo del texto). [...] La encuadernación del libro, volúmenes encerrados en una caja de castaño, está de acuerdo con lo que se esperaría de una obra enciclopédica y autorizada".
El artista, que vive fuera de China hace años, presenta su obra bajo la forma de instalaciones como la que se ofrece en la imagen inferior (gracias por la pista a
El Objeto A).
Al hilo de las lecturas que han conducido a la redacción de esta entrada tropiezo con este precioso blog, dedicado al
uso incorrecto de los caracteres chinos en la cultura occidental. Sí: desde los objetos "chinos" como jarrones y ropas, hasta los tatuajes, nos rodea un universo de ideogramas falsos, mudos, sin sentido (más allá de decir "vengo de Oriente"), que este blog se encarga de rastrear...
Etiquetas: Arte, Lectura, Libros soñados